martes, 19 de abril de 2011

Droga

Estoy enganchada. A menudo sufro períodos de abstinencia, con los síntomas propios. Pero entonces, llega la dosis, la esperada dosis, que me reconforta, me inunda las venas, llega a mi cerebro y libera todas las sustancias que tanto anhelo. Ojalá pudiera recibir mi droga más a menudo, pero quien me la vende no me da toda la que yo quiero, la suficiente como para mantenerme atada, pero no la necesaria para estar colocada todo el día, flotando suavemente entre las nubes. Quizás si me diera toda la que pido sufriría una sobredosis, o puede que supiera administrármela todo lo razonablemente que se puede administrar tal sustancia, quién sabe… Me planteo acudir a un centro de desintoxicación, pero es tan difícil dar el paso… quizás algún día no muy lejano me decida a ello. Podré ser libre entonces. Pero echaré de menos [...] eternamente.

1 comentario:

  1. Que bonito el texto!
    Me gusta mucho tu blog.
    Te sigo.
    Aqui te dejo el mio por si quieres pasarte:
    http://thesweetwinner.blogspot.com/

    un beeso:)

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