Suelo reflexionar mucho acerca del tiempo, de cómo lo percibimos, de cómo se nos escapa de los dedos sin apenas haberlo rozado, como una niebla que te envuelve y te inunda y sin embargo no puedes atrapar. Cuando avanzas hacia ella desaparece, puedes ver la que tienes a tus espaldas y por delante, pero no la que te rodea. Qué curioso el tiempo, y qué curiosos nosotros en nuestro afán por dominarlo.
No puedo dejar de comparar la rapidez con la que se me ha pasado el inicio del 2010 con la eternidad que supuso para mí la misma época del año pasado (aunque como ya sabréis, para un estudiante "el año pasado" es sinónimo de "el curso pasado"), pero lo cierto es que es lo único que puedo decir de ese lapso de tiempo, no recuerdo absolutamente nada más, ni siquiera tengo una impresión general. Nada. Es como si no hubiera existido en ese momento; aunque pensando en ello me han venido a la mente unas palabras que escribí en alguna hoja en sucio, algo así como: me muevo por inercia, con un motor con las pilas "podridas". Será cierto aquello de que la mente elimina los malos momentos... Creo que no sería capaz de volver a pasar por ahí, no aguantaría ni física ni psicológicamente, sin embargo no fue en vano, puedo marcar una clara diferencia entre mi yo de antes y mi yo de después, y quien ríe último...
Todo esto venía a cuento de que ya es primero de marzo, parece que fue el otro día cuando publicaba una entrada diciendo que era 1 de febrero, y sin embargo aquí estamos, empezando este mes que huele a pólvora y a
guiris ebrios (con una buena ración de sandalias con calcetines, por supuesto).
PD: hoy es el principio del fin de mis días comiendo carne, he comenzado una
dieta vegetariana ovoláctea. De momento sigo comiendo pescado, lo iré sustituyendo gradualmente. También me gustaría encontrar sitios donde vendan huevos de
tipo 0, pero es difícil y caro, así que se hará lo que se pueda...
¿Por qué? Muy sencillo, no quiero que más animales sobrevivan hacinados en penosas condiciones y mueran posteriormente para que yo me alimente, pudiendo hacerlo sin causarles ese mal.